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33.
Según se debe se paga,
según se debe se paga,
según se debe se paga,
según se debe se paga.
No puede tener perdón
en nuestra antilla querida
quien mata a una querida
valido de la ocasión;
eso causaba hasta horror
verla toda asesinada,
diez y siete puñaladas,
encontrándose dormida,
marchando para allá arriba;
según se debe se paga.
El jurado está conforme
pidiendo la pena de muerte;
con razón el alma siente
que se mate aquí a ese hombre,
porque ha buscado por donde
y su hora está llegada;
si la policía declara
nada más allí lo cierto;
sufrimiento a sufrimiento,
según se debe se paga.
Asesinato en primer grado,
bendito, eso daba pena,
y siendo de esa manera
creo que aquí no se ha salvado;
porque un cuerpo asesinado
según datos que ha tornado
la policía lo ha apresado
con el puñal en la mano,
al despedirse de su hermano;
según se debe se paga.
Aunque apele a Washington
y ponga trece abogados
siempre será ejecutado;
a mí no me da dolor
de verlo en una prisión
con la horca preparada,
y que esa hora está fijada
para subirlo al cadalzo.
Diría yo en ese caso:
— Según se debe se paga.
34.
Vengan a mi patria, vengan,
vengan a Borinquen, vengan,
vengan a mi patria, vengan,
vengan a Borinquen, vengan.
Suelo benigno, mi patria
es pequeña y es sencilla,
es reina de las Antillas,
chiquita y a mí me basta;
la quiero, ella no es ingrata,
no es que el cariño me ciega;
yo tengo amorosas pruebas
tan claras como la luz
para un dulce laud;
vengan a mi patria, vengan.
¿Qué me decís de mis bellas?
¿Qué me decís de su cielo?
Parecen otros luceros,
parecen otras estrellas;
el ruiseñor parlero
cante cuando le convenga;
que cante y no se detenga,
y en melodioso gorjeo,
que yo os llamo con deseo;
vengan a Borinquen, vengan.
Desde extraños hemisferios
venga la colgante hamaca;
yo no sé lo que aquí pasa,
aquí se encierra un misterio;
nunca se conoce el tedio,
la fatiga aquí se ruega
en oración solariega
por toda la humanidad,
aquí se invita a rezar;
vengan a mi patria, vengan.
Hay como en todas sus noches
obscuras, volubles, fuertes
truenos que anuncian la muerte,
de obscuras nubes un derroche
seguido aparece entonces
en lontananza, a legua,
una claridad suprema,
la que anuncia la bonanza
para inclinar la balanza,
vengan a Borinquen, vengan.
33. From the reference to Washington in the last strophe it seems that this décima is very recent.